Los violentos que agreden a menores de barrios ‘ricos’ de Sevilla son de las Tres Mil Viviendas
Durante los últimos meses, el barrio de Nervión, en Sevilla, así como otras zonas de zonas de clase media-alta de la capital hispalense, están atemorizados por las continuas agresiones que los más jóvenes están sufriendo. Robos, amenazas… y hasta violencia. Según ha podido saber OKDIARIO Andalucía por fuentes de la Policía Local, los violentos son «del entorno de las Tres Mil Viviendas», y sólo actúan con cobardía, toda vez que únicamente actúan contra los más jóvenes e indefensos de estos barrios. Si hay adultos cerca, no se atreven.
El pasado 30 de abril uno de estos menores de edad agredido permaneció cinco horas en Urgencias tras recibir una grave paliza por parte de estos delincuentes. Tras este nuevo episodio, un grupo de padres de estas zonas decidieron reunirse y tomar cartas en el asunto, motivo por el que decidieron hacer un escrito y denunciar ante la Policía Nacional lo que está sucediendo en sus barrios, hasta ahora seguros.
Según denuncian, los agresores insultan, agreden y roban los móviles y bicicletas de los jóvenes con el objetivo de lograr el máximo número de peleas posible. Según el escrito, los padres aseguran que este tipo de actos se vienen produciendo desde hace dos años, en los que están viendo continuos ataques vandálicos a sus hijos, a quienes también amenazan e intimidan, generándoles “múltiples situaciones de pánico e inseguridad”.
Sin embargo, ha sido el último mes el que ha provocado que los vecinos se organicen. Y es que, mientras que entre semana los jóvenes de Nervión son víctimas de robos, a partir del viernes por la tarde y durante todo el fin de semana los delincuentes van más allá, y llegan directamente a agredirles a través de lo que los padres de las víctimas aseguran que es un “reto viral” denominado “la caza del pijo”.
Los padres, que denuncian también que la Policía tardó una hora en llegar desde que fueron alertados, vieron cómo, transcurridos unos minutos desde la agresión y cuando ya habían bajado al ser avisados por sus hijos, los agresores volvieron a aparecer con la intención de pegarles de nuevo, sin embargo, al estar ahí los progenitores, dieron ‘marcha atrás’.
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